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CORREOconElPODEREl Referéndum Local
Por JesRICART - 6 de Septiembre, 2009, 10:58, Categoría: CORREOconElPODER
Consulta popular por la vía del referéndum local[1]. JesRICART La constitución española es una pantomima desde el momento en que propuestas directamente inspiradas en su letra y espíritu son vetadas de una forma radical. Las iniciativas para la consulta popular directa acerca de una cuestión como la autodeterminación nacional son tratadas como actos de sedición y de desestructuración social. Si el estado central fuera un poco más listo permitiría que esas iniciativas llegaran a buen puerto pues no dejarían de ser instrumentos estadísticos muy válidos que indicarían el arraigo real de las propuestas independentistas. Toda sospecha de desmembración del estado es mal vista por un sistema que aguanta y fuerza sus negocios políticos y económicos e una unidad imperativa de mercado y de bandera. Basta una iniciativa de este tipo aunque sea en una pequeña localidad para que se la hiperdimensione desautorizándola desde oficios judiciales olvidando que una consulta popular instrumentada por los grupos organizados de una localidad[2] más implicados en su compromiso con mejorar la realidad es algo constitucional y democráticamente del todo legítimo. Por su fuera poco la reacción negativa también viene de otras alcaldías, como la de Barcelona cuyo titular Jordi Hereu tiene las tintas cargadas por la ideología reaccionaria más rancia. Ese alcalde empeñado por las mismas fechas en limpiar la cara de la ciudad de la prostitución callejera sin entender esencialmente el fenómeno histórico del sexo en venta hace un flaco favor a la historia política del país representando el antiguo linaje de los que mandan que no consientan más voces que las suyas. Por si fuera poco las luces de este individuo le llevan a pregonar que detrás de iniciativas de referéndum de local se esconden redes de manipulación como si de la Trilateral o de la mafia siciliana se tratara. Las razones de la reacción a iniciativas limpias como la de las consultas populares son obvias: los resultados, aunque no sean políticamente vinculantes, son fórmulas de concienciación que establecen las proporciones de la verdad, cualificando las hipótesis interpretativas de la realidad permitiéndoles que escalen más datos de auto-reconocimiento. La cosa es así de simple: los aparatos de estado, que por definición basan su cohesión en la represión del disentimiento, no están dispuestos a echar por la borda sus largos y tortuosos procesos históricos en los que descasan a permitir que –lo que estiman que son- minorías les tiren por la borda su dominio. Tanta exageración, con nuevas y distintas versiones, sobre las minorías agitadores nos apabulla. Vistos en sus discursos, estas “minorías” son seres inofensivos que insisten en no aceptar las provocaciones y en hacer de una simple consulta un acto festivo-cultural. Tomemos al detall del análisis de la derecha. Si los famosos problemas catalán y vasco (para el punto de vista españolista a la realidad distintiva catalana o vasca se la sigue llamando “problema”) solo son consecuencia de agitaciones profesionales y obsesivos ¿no sería mejor permitirles que llevaran a cabo sus propuestas de consulta para que se desenmascararan a sí mismos? Pues no, se les obstruye en esa iniciativa porque se sabe ese problemilla tiene un arraigo que viene desde cientos de años atrás, que existe una cultura distintiva y sobre todo, una sentimentalidad diferente con respecto a símbolos y tratos humanos. De lo catalán todavía hay mucha susceptibilidad y por si fuera poco anti catalanes nacidos en su propia tierra se desmarcan la cuestión nacional porque priorizan sus cargos de poder a la legitimidad histórica de un derecho: el de la opinión. España no quiere entrar en otras trifurcas generadas por la cuestión nacional. Los últimos enfrentamientos entre los Uigures y los Han en la provincia china de Xinjiang, en el oeste, vuelve a poner en primer plano las confortaciones violentas por la cuestión nacional como un espectáculo deplorable de la falta de respeto. La propuesta desde Escocia de una moción por la independencia recuerda que cualquier marco de unidad tiene una puerta potencial para su disolución incluso en el que fuera uno de los imperios más importantes. Ahí donde hay discusión por los derechos étnicos o nacionales es porque hay otra nación que los impide o sojuzga. El debate político sobre la cuestión nacional es de doble filo ya que no tiene más solución que el reconocimiento de la etnicidad y de la fracción que augura la hipótesis del fraccionamiento y del desmembramiento. La paradoja de un mundo reunificado tras postulados humanistas pasa inevitablemente por el reconocimiento consecuente de las minorías por exiguas que sean. Si el proceso sigue por esta vía el mundo del futuro vería duplicados o al menos bastante aumentados el número de sus estados-nación. Pero en lugar de eso nuevos despostismos quieren maquear los últimos logros democráticos en formas tiránicas unipersonales (que un tipo como Berlusconi no haya sido barrido de la actualidad europea es un indicativo de la época que se lo consiente y no solo el resultado de un personaje grotesco que aspira al poder absoluto tal como Ezio Maurio, director de la República, le ha señalado). La cuestión nacional es doblemente controvertida ya que solo se salda(ría) con nuevas formas autoorganizativo-territoriales, lo que lleva(ría) a mas fronteras y vecindades. Dividiría mucho más del mundo de lo que está. Pero mientras los mestizajes no fusionen sangres y no hagan de la transculturalidad la alternativa a las culturales particulares intocables los individuos seguirán buscando segurizantes en las zonas de sus leguas y de sus signos. Pero la consulta popular no va tan lejos, se manifiesta en forma de pregunta y de recuento de respuestas. Es el estudio de mercado (de opiniones) más directo. Si bien se permiten los sondeos de muestras para las inclinaciones de las ideas y es algo que forma parte de la interpretación de los mercados y de los consumos y coherente con la iniciativa empresarial privada siempre hay dificultades para este tipo de recurso político. En Euskadi se abortó la propuesta y le costó la presidencia al lednhekari, no solo eso, las alianzas del PSE con un españolista en la titularidad del gobierno autónomo quiere barrer de otras instituciones como las diputaciones cualquier vestigio del PNV. Se nos ha demostrado que el uso perverso de la democracia también es subir a la poltrona de la dictadura a una mayoría social para no reconocer los anhelos de sus minorías coetáneas y coexistenciales. Si el estado y esos representantes que cierran filas con un poder unificado no quieren saber la opinión del pueblo es que, para no variar, le tema a la voluntad popular. Cuando en otras ocasiones se han hecho consultas populares (como la que se hizo por la deuda económica de los países pobres a los ricos, entre ellos España) el gobierno lo permitió porque aquello además de no ser vinculante no ponía en peligro ninguna política eje de estado. Fue solo una campaña callejera que se permitió que no pasó de ser una performántica no problemática para nadie. Pero por cierto demostró la autoorganizacion impecable en ser hecha independiente de las instituciones y el civismo total. Sí, al menos, existe este referente en el que apoyar la posibilidad organizativa de iniciativas de este tipo. Evidentemente si u ayuntamiento menor permite al amparo constitucional un recurso de este tipo, en el futuro también podrá/podría hacerlo con consecuencias políticas más serias. A lo que se está poniendo veto es a la perspectiva de que un reguero de consultas populares de este tipo a toda la población del censo municipal de una determinada localidad pueda ser seguida por otros cientos de ciudades dando paso a primer plano a las verdades de la realidad cercana por encima de las trolas que insisten en decir desde la clase política, por cierto el grupo humano con menos clase de los que tenemos inventariados.
B-4040-BX El karma del coche mal vendido
Por YASHUAbcn - 20 de Abril, 2009, 12:07, Categoría: CORREOconElPODER
Fue el B-4040-BX Seat 124 color blanco. A principio de los 90 andaba por alguna parte de la ciudad de la Hache o en una de sus calles fronterizas cuando vi un Seat 124 estacionado en la calle proponiéndose para la venta. No era un gran coche, de hecho muy vulgarizado, dada su similitud al lada de un modelo parecido, pero había sido el coche del jefe de mi padre en la empresa para la que trabajaban cuando esta se desplazaba con una paupérrima Guzzi. Por alguna extraña razón experimenté un impulso de adquisición. Si bien es cierto que no tenia coche alguno es probable que pudiera haber seguido sin el por algunos años más. Tuve la entrevista con su dueño y di una vuelta a la manzana para probarlo. Cerramos el trato casi inmediatamente. 60mil pesetas por todo: motor, carrocería, asientos, parasol, limpiaparabrisas, ruedas…Me ocupé de hacer las gestiones en Tráfico y donde tocara para hacer el cambio de nombre. El coche lo usé bastante para trayectos cortos. Por aquel entonces yo vivía en Valldoreix en una torre ocupada e iba casi a diario a Barcelona a la Universidad. No recuerdo si el motor me había fallado alguna vez. Por las mañanas atravesaba las montañas. Era un tiempo en que la gasolina no era tan cara. Ponía mil pesetas cada vez que repostaba, mis economías no andaban floridas y tampoco necesitaba poner más por los pocos quilómetros que hacía. Unos meses después de eso y unos 4000 kms más por razones que no recuerdo empezaba a estar harto ya de aquella máquina. En todo caso solía estacionarla a la entrada de la city para luego manejarme con el metro, costumbre ésta que sigo practicando tras tantos años y que recomiendo encarecidamente, tanto para potenciar el transporte público y reducir la contaminación medioambiental como para reducir el consumo privado y los gastos. En una ocasión lo estacioné junto al cementerio de Sant Andrés, cerca de la parte alta del paseo Fabra y Puig. Cuando fui un par de días después por la noche, lo arranqué sin dificultad, pero ya en avda. Meridiana se quedó sin combustible (¡me lo habían robado! ¡Así un rayo hubiera partido fulminado al ladrón antes de dañar mis intereses! ) con el tiempo justo para salir a la altura de la curva de salida de Trinitat Vella. Ahí lo dejé y ya un poco harto del coche, (por más que ahora intento recordar las razones de esa decisión no las tengo) colgué un cartel en la ventana para venderlo. De ese coche no recuerdo grandes aventuras. Recuerdo que di clases de conducción a mi pareja de entonces que a pesar de tener su permiso de conducir desde jovencita había olvidado el manejo y poco más. No hice ningún viaje largo, por tanto no amortice lo que gasté por él con tan pocos miles de kms hechos. A los pocos días alguien de Sabadell, de la Creu de Barberá, un hombre, me llamó interesado en probarlo. Como yo, por aquel entonces, todavía confiaba en el género humano y no sospechaba a priori de los peligros potenciales de desconocidos, le dije a este individuo por teléfono que pasara a recoger las llaves de contacto y que dejara en depósito su dni y que lo probara por su cuenta. Ahora que lo pienso me parece que fue una total estupidez pedir que alguien se desprendiera su dni para ir a conducir un vehículo por la vía pública, también que lo fuera por su parte en hacerlo. Por aquel entonces andaba mas ocupada y siempre en mi vida me he resistido a dedicar el tiempo a gestiones y cuestiones mecánicas de esta clase. El hombre en realidad dejó el dni de otra persona, según parece de su esposa, al lugar que le indiqué sin que yo estuviera ahí para verificarlo. Al tipo no lo vi. Luego por teléfono al decidir comprarlo convinimos un precio, (el mismo que yo había pagado) pero dejó menos de la mitad alegando que el coche le iba a generar muchos gastos. Le pedí que lo devolviera para cancelar el trato pero no lo hizo. Entregué el dni depositado en una jefatura de policía para que fuera a recogerlo ahí. Al tiempo apareció ese contumaz conductor sin que arregláramos nada. El se quedó con el vehículo pero yo no lo firmé ningún documento de venta pero tampoco lo di de baja, según creo recordar. Error que 15 años después pagaría con saña al serme embargada una de mis cuentas, la de ING. Los avisos de pago de los impuestos de circulación de este coche nunca los recibí o nunca me enteré de recibirlos en ninguno de los domicilios que por aquel entonces yo había usado. La notificación bancaria del embargo me sentó muy mal. (Siempre que hace esto un banco te sientes traicionado, es el depositario en el que confías tu dinero y obedece las órdenes de estado como un perrito faldero). Hice mi reclamación correspondiente a la oficina de recaptacion municipal de Hacienda del Ayuntamiento barcelonés y me quedé con la gestión pendiente de averiguar qué había pasado con ese coche. Con el malnacido que me hizo esta jugada nunca más se supo. Es seguro que apunté su dirección, nombre y teléfono en alguna parte, pero nunca fui a su barrio para tratar de recuperar el coche. Al depositar el dni en la comisaría de policía tampoco era denunciable ya que yo le había facilitado la llave. Ni siquiera era un hurto, se trataba de un préstamo no devuelto. Tuve motivos para abofetearme ante el espejo pero no perdí el tiempo conmigo mismo y con mis errores. La experiencia de tener un coche usado como éste, después de una larga colección de tener otros, fue que un coche viejo puede no ser una ganga. Este no lo fue. Los casi 400euros que costó divididos por los quilómetros usados saldría a 1 euro los 10kms + combustible. Demasiado caro. Por el tiempo que lo tuve tampoco lo disfruté. Otros vehículos mejores vinieron a ocupar su lugar. Por lo que hacía la burocracia siempre encuentra tu cuenta bancaria en la que darte un zarpazo pero no tu dirección, email, teléfono donde notificarlo. El karma de éste coche todavía se puede vengar de mí mientras no sepa en qué condiciones legales está. Por parte de la burocracia de estado, reclamar los débitos de unos impuestos después de tantos años parece el resultado de una agresión y alevosía. ¿No prescribían estos asuntos pendientes después de cinco años? Vigilar la Praxis de Gobierno
Por Sussana Maraselva - 26 de Octubre, 2007, 13:52, Categoría: CORREOconElPODER
Es un clásico que la ciudadanía se queje por una mala praxis de gobierno. Saberlo parapeta a los profesionales de la gestión de la cosa pública -en el ámbito que les corresponda- para no sufrir más de lo justo y necesario y que se tomen la temporada de sus cargas con filosofía parsimónica. Hoy cuentan con instrumentos participativos de opinión, como las secciones de comentarios que articulan los ayuntamientos que se precien de democráticos, donde consultar para no olvidar la sensibilidad pública y la cantidad de miradas que los controlan. Puede ser una buena costumbre (casi debería ser un decreto) que los electos en un consistorio (para una parte del electorado al menos) lean opiniones de la sociedad como primera acción de despacho. Antiguamente daban más información del estado real de un país las cartas al director de los periódicos que sus titulares grandilocuentes de inauguraciones de puentes y presas. En la actualidad, los foros y comentarios libres también la dan, a veces mucho más sincera –aunque pueda ser interpretada como brutal- que el protocolo de los plenos o de otros espacios presenciales mediatizan. Si yo fuera concejal, conceller, ministro, alcalde o presidente (¡para otros con tales caramelos!) dedicaría una buena parte de mi horario profesional a leer comentarios y propuestas y quejas de mis ciudadanos anónimos para incrementar una visión más global del estado de las opiniones y de las sensibilidades. La sección de opiniones, por tanto de quejas y protestas como parte del lote, es una vitrina interesante y barata a la realidad diariamente reactualizada suponiendo una poderosa fuente informativa sin necesidad de acudir a costosos estudios de mercado para conocer quien sigue siendo el favorito político de la población. La población, -toda esa amalgama de un nosotros anónimo- valora mucha la calidad de vida por encima de la ideología del partido de mando, lo haya votado o no. Hoy día, cualquier consistorio sea del bando que sea está obligado a cumplir con mejoras urbanísticas concretas y no condenar al territorio bajo su administración a un crecimiento insostenible. La población, nosotros, queremos ciudades bonitas, espacios de recreo, la atmósfera más limpia con más árboles, y gestores al mando que no nos tomen el pelo, que inviertan en las mejoras prometidas y que avancen en los esquemas de convivencia y coexistencia intercultural y con nuevos espacios para el goce y el ocio y equipamientos culturales. Sí, ya se que eso es colocarse en la posición un tanto pasiva del vigilante de la gestión sin querer asumirla directamente. Pero así están las cosas, la sociedad se divide entre quienes optan por profesiones para su arreglo y quienes vigilamos de cerca que realmente se ajusten aquellos a su rol. Las dos partes se necesitan mutuamente.
Respuesta a un caso de denuncia desestimada
Por Jes Vicma - 18 de Mayo, 2006, 8:44, Categoría: CORREOconElPODER
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