Barnápolis.
La gran Barcelona con su área metropolitana es una mega ciudad que gracias a un mar al Este y montañas al Oeste ha crecido extendiéndose longitudinalmente en lugar de hacerlo de una forma caótica de mancha desparramada. Debemos agradecer a la naturaleza los límites que impone al crecimiento gigantesco sin olvidar a los estrategas del urbanismo que algo hacen a favor de las mejoras urbanas. Lo que hace a un espacio urbano habitable y digno, es la posibilidad del encuentro cercano de los ciudadanos entre sí, con las instituciones y con los recursos económicos, de abastecimiento y culturales. Las administraciones locales de ese conglomerado dejan bastante que desear en no pocas ocasiones y la opinión popular existente está probadamente ninguneada desaprovechando un potencial de iniciativas considerable. Puesto que todo lo que pasa en la Barcelona cosmopolita incide automáticamente en la mega-ciudad de la que es centro, ya es hora de articular una caja de resonancia donde recoger las ideas de la ciudadanía. La modernidad informática lo permite. Solo hace falta, que por ley, la política del grupo gestor de turno se haga teniendo en cuenta la realidad ciudadana, su sentir, sus razones y opiniones. Cada político o gestor debería consultar un foro de opiniones continuas antes de acudir a sus reuniones y plenarios para así bajar de sus cielos y tomar tierra y pasar de ser un supuesto sálvalo todo a un representante modesto del conjunto social.
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