Durante años cruzo por uno de los puentes sobre el ríu Sec a su paso por Cerdanyola, en cuyas aceras se mantiene aun la pintada rio=cloaca. La ecuación apócrifa testifica una verdad que se confirma nada más mirando por la varanda. Se observa la ausencia de toda transparencia cristalina del agua en la que flotan sospechosos espumarrajos venidos, posiblemente, de residuos industriales de otras localidades vertidos mas arriba en el cauce. Me pregunto como no se ha arreglado todavía esta vieja cuestión, Van cambiando los gobiernos municipales pero esta circunstancia no cambia en modo alguno. Si un río era y es la arteria de un conglomerado urbano ¿cómo es posible que no se haga nada para limpiarlo debidamente? Tanto más este río cuyo espacio libre a ambos orillas proporcionaría bastantes miles de metros cuadrados para zonas de juegos lúdicos, para paseos a pie o en bici, tal vez barbacoas o un estanque para barcas. Podemos apadrinar simbólica y voluntariosamente fragmentos de su recorrido pero ¿no es hora de que el ayuntamiento local se ponga de acuerdo con los otros implicados para depurar las aguas? Simultáneamente podría ponerse manos a la obra para el acondicionamiento infraestructural como espacio de uso totalmente desvalorado hasta ahora. Me deja en una gran perplejidad que se nos espante con noticias de sequedad -el tema de los embalses para agua potable reducidos en el país a un 40% de su capacidad- y que se siga despreciando tan alegremente a los ríos que la naturaleza nos regala generosamente poniéndolos al lado de casa.
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